El primer ministro David Cameron revela los pasos que está dando el Reino Unido para respaldar a la empresa y atraer la inversión
Extractos de su discurso en el Foro Económico Mundial que se celebra en la ciudad suiza de Davos
Hemos diseñado un plan económico a largo plazo para garantizar el futuro económico de nuestro país (…).
Hemos tomado unas medidas sin precedentes para respaldar a la empresa, eliminando trámites burocráticos valorados en unos 1.200 millones de libras e incluso ejerciendo presión para que se eliminen las normas comunitarias más problemáticas. Hemos invertido miles de millones en nuestras infraestructuras: en carreteras, trenes y en lo que pronto se convertirá en la mejor red de banda ancha, y de las más rápidas, de toda Europa (…).
En lugar de intentar subir el puente levadizo y cerrarnos herméticamente ante la globalización, hemos optado por recibir a la inversión extranjera con los brazos abiertos.
Nos llena de orgullo que India haya invertido en Jaguar Land Rover, que los Emiratos Árabes hayan invertido en el nuevo estadio del Arsenal y que Etihad haya invertido en el Manchester City.
Y nos enorgullece también que el Reino Unido se haya convertido durante el primer semestre del año pasado en el mayor receptor de inversiones extranjeras directas.
Hemos tomado decisiones. Decisiones difíciles.
En tiempos de austeridad, hemos optado por mantener nuestro gasto en ciencia e innovación.
Y hemos decidido bajar el impuesto de sociedades.
Muy pronto, llegará a ser tan solo del 20%, el impuesto de sociedades más bajo de todo el G7. Además, será de un 10% para el caso de empresas que conviertan la innovación en manufactura.
Este país está tan comprometido con reducir las cargas burocráticas impuestas a la empresa que ningún ministro, ni siquiera yo como primer ministro, puede proponer una nueva norma que afecte a las empresas sin a su vez eliminar otras dos.
Esto es el Reino Unido. Un país abierto, pionero, creativo, innovador y listo para recibir vuestras inversiones (…).
Todos los que estamos aquí en Davos sabemos lo que necesitan las empresas para poder tener la elección de localizarse en Europa. Estabilidad macroeconómica.
Unas economías europeas cuyas deudas y déficits estén bajo control.
Con un sistema financiero sólido, como el que proporciona la City de Londres.
Que ofrezcan apoyo constante al libre comercio, sobre todo, al acuerdo vital con Estados Unidos.
Y más que nada, necesitamos un entorno normativo que, sin ningún remordimiento, esté a favor de la empresa. Necesitamos un mercado laboral flexible, unos impuestos bajos para el trabajador y la voluntad de abrirle el camino a nuevas empresas y nuevos modelos de negocio.
Estos son los temas que destacó nuestro grupo de trabajo para la empresa en su último informe. Informe que fue respaldado por otros siete líderes europeos a finales del año pasado en Bruselas.
Estamos hacienda avances en la lucha por conseguir una Europa favorable que favorezca a la empresa (…).
El año pasado, Nissan dijo que invertiría 130 millones de euros en su fábrica de Barcelona, fundamentalmente porque los sindicatos españoles aceptaron reformar las condiciones de trabajo y permitir acuerdos más flexibles.
Igualmente, Ford, Renault y Volkswagen también tienen gran interés en aprovechar unas condiciones de mayor flexibilidad en Europa, sobre todo en el sur de Europa. Sería una locura que nos interpusiéramos en su camino (…).