Discurso

Discurso de la Ministra para América Latina y el Caribe en la Conferencia de Seguridad Latinoamericana de RUSI 2025

La Subsecretaria de Estado Parlamentaria para América Latina y el Caribe, Baronesa Chapman de Darlington, pronunció un discurso en la Conferencia de Seguridad Latinoamericana RUSI 2025.

Baroness Chapman of Darlington

Gracias Malcom. Justo antes le estaba diciendo a Malcolm que la última vez que estuve aquí fue para escuchar hablar a Douglas Alexander. Esto fue en un momento previo al Brexit, antes del COVID.

Teníamos un gobierno de coalición; él era entonces el Ministro de Asuntos Exteriores en la sombra, y muchas cosas en el mundo han cambiado desde entonces.

Y ha pasado demasiado tiempo; creo que fue en 2014, hace 11 años. Y espero regresar aquí – ¡bueno, veamos si me invitan a volver después de esta mañana!

De todas maneras, gracias Malcolm por esa cálida presentación.

Y buenos días a todos – bom dÍa, buenos días a todos y todas.

Si se unen a nosotros desde América Latina, creo que algunas personas están en línea. Gracias por levantarse tan temprano – muchísimas gracias.

Mi español es atroz, pero estoy estudiando, así que espero que mejore pronto. Y como me recordó ayer el embajador de Brasil, un poco de portugués tampoco estaría mal, así que también estaré trabajando en eso.

Antes de decir algo más, quiero agradecer a RUSI por reunirnos para la Tercera Conferencia Latinoamericana de Seguridad – y a ustedes por hacer de esto una prioridad.

Me apasiona América Latina y es fantástico cuando tienes la oportunidad de estar en una sala llena de otras personas que comparten una misma visión.

Cuando me reúno con líderes de América Latina, me dicen que sienten que tienen un papel importante que desempeñar junto al Reino Unido.

Nadie me ha dicho que se sienta ignorado por el Reino Unido, lo cual es bueno, pero todos han dicho que desean estar más incluidos en el futuro.

La geopolítica a la que todos dedicamos nuestro tiempo para tratar de entender y moldear, impulsa y moldea las perspectivas de muchas personas en América Latina –ya sea el cambio climático, el crecimiento económico y la seguridad, en todos los sentidos, son prioridades allí exactamente como son prioridades para nosotros aquí.

La guerra en Ucrania, el conflicto en Medio Oriente, el papel de China, las elecciones estadounidenses, todo esto influye en la política de América Latina.

Si a esto le sumamos el descenso de Venezuela a la autocracia y la tragedia aún interminable que es Haití, tenemos mucho de qué hablar juntos.

A medida que nos acercamos a los 200 años de relaciones bilaterales con Brasil, Argentina y Colombia, debemos considerar hasta dónde hemos llegado, pero también lo que queda por venir.

Hablando recientemente ante la próxima generación de cadetes en el Royal Naval College de Dartmouth, unos 200 años después de los días en que John Illingworth y el almirante Lord Cochrane apoyaron la creciente independencia en toda la región, nuestra cooperación en materia de defensa y seguridad es sólida. En América Latina hay orgullo por nuestras relaciones pasadas y un fuerte sentimiento de que deberíamos hacer más, no menos, juntos en el futuro.

Combatir al crimen organizado para proteger a las comunidades aquí y allá, incluyendo el terrible comercio que es la migración ilegal; hacer llegar ayuda humanitaria urgente a quienes sufren la peor parte de los desastres naturales en toda la región; apoyar la ciencia en la Antártica y una protección marina más amplia.

Quizá el hecho de que el Reino Unido tenga relaciones positivas con América Latina, el hecho de que sea una región relativamente segura, pacífica y democrática, signifique que la atención no se centra en ello con tanta frecuencia desde aquí en el Reino Unido.

Pero veo una región del mundo abierta, en crecimiento y trabajadora, sin la cual a este gobierno le resultará mucho más difícil lograr nuestras misiones de crecimiento, seguridad y acción climática.

Mirando a toda América Latina, la lección es clara. Sin seguridad no se puede tener crecimiento. Y sin crecimiento, la acción climática es imposible.

Como hemos dicho cientos de veces, la primera responsabilidad de todo gobierno, la base sobre la que se asienta la economía y el garante último de todo lo que apreciamos, es la seguridad.

Si bien el foco de nuestra atención está, con razón, en las guerras en Europa y Medio Oriente, América Latina ha encabezado las noticias dos veces en los últimos días aquí en el Reino Unido.

Por extraordinario que sea –y sé, porque he hablado con ellos, que Colombia y Panamá no siempre acogen con agrado el motivo de esta atención–, ahora hay un lugar para los países latinoamericanos en la geopolítica que está cambiando.

Creo que con atención, desde una perspectiva positiva, viene la oportunidad.

Panamá – ya no está en la lista gris de servicios financieros; inversión en infraestructura estable, democrática y atractiva por parte del Reino Unido. Nos consideran un socio respetuoso y confiable y quieren hacer negocios con nosotros.

Los países latinoamericanos realmente quieren trabajar con el Reino Unido. Ven el valor a largo plazo en la oferta personalizada del ámbito de inversión y seguridad. Podemos estar orgullosos de ello, pero debemos facilitar que los países de América Latina hagan negocios con nosotros.

Y quisiera agradecer particularmente a Ecuador en este momento, por su mandato en el Consejo de Seguridad.

Porque tenemos mucho en común con ellos como naciones independientes, todos debemos mantenernos firmes frente a la invasión rusa de Ucrania, particularmente ahora que Rusia vuelve su mirada hacia América Latina como un objetivo clave para la desinformación, porque sabemos la verdad.

Esta guerra ilegal y no provocada por parte de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU es una violación flagrante de la Carta de la ONU y de los principios de soberanía e integridad territorial.

Nos hace a todos, dondequiera que estemos, menos seguros.

Y con tanto apoyo firme a Ucrania desde toda América Latina. Sé que todos ustedes estarán ansiosos por escuchar hoy a Yaroslav Brisiuck del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre la profundización del diálogo y la cooperación con América Latina y el Caribe.

No somos el único país que ve la relevancia y el peso estratégico de América Latina.

Sabemos que nuestros aliados en Estados Unidos también están considerando su enfoque. El hecho de que el primer viaje al extranjero del Secretario Rubio sea a la región, y de que en su audiencia de confirmación haya hablado de las relaciones positivas, así como de los desafíos que Estados Unidos enfrenta allí, demuestra la centralidad de América Latina para la política exterior estadounidense.

Esto no es malo. Y aunque no siempre estaremos de acuerdo en los detalles específicos de este o aquel enfoque, creemos que debemos continuar en estrecho diálogo con la región y con Estados Unidos para trabajar hacia objetivos comunes.

Cuando se trata de la participación de China en la región, debemos entender por qué tantos países latinoamericanos buscan asociaciones con China en materia de desarrollo, inversión y comercio.

Pero nuestro trabajo –cuando podamos– es brindarle a América Latina una opción. Una alternativa que muchos dicen que quieren. Quizás no siempre más barato, pero sí mejor.

De ahora en adelante, nuestro enfoque hacia China será coherente: cooperar donde podamos, competir donde tengamos intereses diferentes y desafiar donde debamos hacerlo.

Pero lo más importante de esto es la coherencia.

La postura esquizofrénica no funciona.

Se trata de una diplomacia tranquila y directa, sin ignorar nunca cuestiones en las que no estamos de acuerdo fundamentalmente, como la detención de Jimmy Lai.

Pero cooperar cuando sea de nuestro interés, especialmente en materia de clima y crecimiento.

Y sabemos que el crecimiento sostenible no puede ocurrir sin seguridad.

Las bandas criminales son multinacionales. Su poder para alimentarse de la necesidad y al mismo tiempo generar miles de millones de dólares alimenta instituciones estatales débiles, impulsa la corrupción, la deforestación, las muertes por drogas y el tráfico sexual.

Buscan obtener ganancias a cualquier costo, con poco costo para ellos mismos, a través de la producción y el tráfico de cocaína y otras drogas ilegales, destruyendo vidas, comunidades y ecosistemas en el proceso.

Donde las bandas del crimen organizado compiten con el Estado nuestro papel es vital, como nuestro apoyo al proceso de paz en Colombia.

La minería ilegal, la deforestación y la pérdida de especies, los abusos contra los derechos humanos, el crimen organizado de inmigración, la canalización de finanzas ilícitas, la esclavitud moderna, y podría continuar.

El impacto se está sintiendo ahora en América Latina y en las calles de Gran Bretaña,

La mayor parte de la cocaína del mundo se produce en América Latina.

Transita por Ecuador, Perú y Bolivia, antes de ser traficada a través de rutas globales cada vez más complejas, ingresando al Reino Unido a través de puertos europeos.

Pero seamos honestos con nosotros mismos acerca de esto.

Es la demanda de cocaína en este país la que está alimentando tanta miseria e inseguridad en toda América Latina.

Un kilo de cocaína estaba valorado en aproximadamente 1.600 libras esterlinas al inicio de su viaje por América Latina.

Pero cuando llega al Reino Unido, su valor aumenta más de un 1.600%, hasta más de 28.000 libras esterlinas. Y ese es un margen increíble. Por eso este comercio está tan extendido.

Estamos trabajando con Francia, los Países Bajos y socios europeos en enfoques conjuntos para abordar el tráfico marítimo de cocaína desde América Latina hacia el Reino Unido. Y también estamos trabajando con nuestros socios de toda la región en esto.

Esto incluye £19 millones del Reino Unido en seis países latinoamericanos durante cinco años. No se trata sólo de redadas.

Estamos respaldando los esfuerzos de nuestros socios, siguiendo el dinero, construyendo vínculos regionales más fuertes y abordando el flujo de financiación ilícita.

En Ecuador, estamos trabajando con nuestros socios para asegurarnos de que menos personas vulnerables sean víctimas de los cárteles transnacionales de la droga, ya sea como víctimas y como perpetradores de crímenes organizados graves, además de trabajar junto con las autoridades estadounidenses para llevar a cabo operaciones regulares antinarcóticos y otras operaciones de tráfico ilícito en el Mar Caribe.

Al hablar cara a cara con los valientes equipos de especialistas encargados de hacer cumplir la ley en Ecuador, Colombia y el Caribe, me queda claro cuánto valoran la experiencia y el apoyo del Reino Unido. Y cuánto valor podemos agregar a sus operaciones, porque escuchamos sus necesidades, respetamos su experiencia y somos socios de ellos a largo plazo.

En Perú, Brasil y Ecuador estamos trabajando juntos para hacer más efectivas las investigaciones financieras sobre delitos mineros y madereros.

En Colombia, colaborar con instituciones estatales para mejorar la aplicación de la ley ambiental, es el núcleo de nuestro trabajo para la protección de los bosques.

Porque no podemos proteger ni un solo trozo de selva tropical. Son los gobiernos regionales los que hacen eso. Pero podemos ayudarlos con las herramientas que necesitan para hacer el trabajo.

Acceso a imágenes satelitales, cooperación en inteligencia y seguridad, apoyo en procesos judiciales, equipo policial, registro de vehículos. Donde podamos ayudar, debemos hacerlo.

El Ministerio del Interior está trabajando con la valiente policía colombiana en Bogotá, como parte de su trabajo desarrollando asociaciones clave para identificar y desbaratar las amenazas a la frontera del Reino Unido, provenientes de la migración ilegal y el tráfico de drogas.

Juntos, ahora utilizamos equipos técnicos avanzados, técnicas analíticas y de detección mejoradas y flujos de inteligencia mejorados para fortalecer la seguridad fronteriza y nuestra capacidad colectiva para detectar y prevenir el movimiento de cocaína hacia el Reino Unido y Europa, especialmente en Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú.

También he hecho mi prioridad en mis primeros meses en el trabajo mejorar nuestra cooperación departamental con el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa y la NCA. La nueva Unidad Conjunta de Migración del Ministerio del Interior y la FCDO fortalecerá la cooperación en Whitehall y nuestros esfuerzos sobre el terreno.

La América Latina que hoy visitan cientos de miles de ciudadanos del Reino Unido cada año tiene 660 millones de personas y sigue aumentando, con un PIB combinado de casi 6 billones de dólares.

Y afortunadamente, en todas mis visitas a la región, así como en nuestras conversaciones en el Reino Unido, nuestros socios en toda América Latina han dejado en claro que comparten la ambición de este gobierno: lograr un crecimiento resiliente a largo plazo y brindar oportunidades a personas de todo el mundo. nuestros países.

Esto es algo para lo que estamos colaborando juntos en una amplia gama de portafolios.

En Chile, durante mi visita a principios de año, vi cómo Anglo-American está introduciendo técnicas mineras innovadoras, más seguras y más responsables.

Es extraordinario, como alguien que viene del noreste de Inglaterra, casada con el hijo de unos mineros galeses, ver una mina operada a distancia. Sin minería obviamente no hay descarbonización, pero esta es una minería que se ha hecho desde el centro de Santiago, en una mina sin personas bajo tierra, sin la vida de nadie en riesgo. Es realmente algo digno de contemplar.

Cuando viajé a la toma de posesión de la Presidenta Sheinbaum, en México firmamos un nuevo Memorando de Entendimiento con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México, que impulsará el comercio, promoverá la agricultura sostenible y renovará nuestra asociación.

Y a finales del año pasado, el Reino Unido se convirtió en la primera nación europea en adherirse al creciente bloque comercial Indo-Pacífico, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (CPTPP/TIPAT), uniéndose a Chile, México y Perú.

Esto hace que nuestro PIB colectivo alcance los 12 billones de libras esterlinas, significa cero aranceles para más del 90% de las exportaciones entre miembros y abre oportunidades de mercado en tres continentes.

Y aprovechando los cuatro acuerdos con la región que ya tenemos, esto representa una gran oportunidad para las empresas.

Por supuesto, nada de esto es posible si no se cuenta con el panorama más amplio, lo que me lleva a la paz y la democracia.

América Latina es ahora el hogar de muchas democracias estables, compartimos muchos valores.

Y trabajamos juntos para defender los derechos humanos y el estado de derecho en toda la región y en la ONU.

Cuando se trata de las Islas Falkland, nuestra posición es firme y nuestro compromiso de defender el derecho a la autodeterminación de sus habitantes no flaqueará.

Sólo los habitantes de las Islas Falkland pueden y deben decidir su propio futuro.

Este enfoque sustenta el acuerdo de cooperación en el Atlántico Sur con Argentina, anunciado por la Secretaria de Relaciones Exteriores y Exministra de Relaciones Exteriores de Argentina, Diana Mondino, en septiembre pasado.

Estamos agradecidos por nuestro trabajo en asociación y nuestro diálogo sobre estos temas con Argentina.

En lo que respecta a Colombia, este gobierno abogará por la implementación del acuerdo de paz de 2016, como una prioridad.

Hemos aprendido nosotros mismos, a través de Irlanda del Norte, que ningún pedazo de papel logra la paz. Es ese trabajo constante de décadas por parte de líderes políticos y comunitarios lo que mantiene la paz. La paz es difícil, requiere una vigilancia constante, pero el Reino Unido está con Colombia, a largo plazo, en este viaje.

Pero el impacto del catastrófico liderazgo de Venezuela se está sintiendo en toda la región.

Por eso el Reino Unido sancionó a 15 nuevos miembros del régimen de Nicolás Maduro, responsables de socavar la democracia y cometer graves abusos contra los derechos humanos, el 10 de enero, el mismo día en que volvió a afirmarse ilegítimamente en el poder en Venezuela.

Y en un momento en el que sabemos que todos ustedes están preocupados por los impactos más amplios de la abominable violencia en Haití, además de proporcionar £28 millones al año a las instituciones multilaterales que aún operan sobre el terreno para apoyar a la población, estamos brindando 5 millones de libras esterlinas para la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad encabezada por Kenia, que trabaja para lograr la estabilidad que tanto se necesita y allanar el camino para elecciones libres y justas.

Por muy lejana que parezca hoy esa perspectiva, nunca debemos perder la esperanza.

Ningún país puede hacer lo correcto para sus ciudadanos o desempeñar su papel en el mundo cuando la gente vive con miedo y sin esperanza.

Nuestra determinación de abordar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad nos une. La región alberga muchos de los activos naturales de los que depende nuestra prosperidad global.

Una cuarta parte de la selva tropical del mundo, incluido el poderoso Amazonas, y depósitos masivos de metales y minerales que todos necesitamos para dar el salto hacia la energía limpia.

El gobierno acoge con satisfacción el fuerte liderazgo que estamos viendo dentro de la región. Aprovechando generaciones de atención lideradas por pueblos indígenas y décadas de innovación pionera.

Estamos trabajando con Brasil para que la próxima gran cumbre climática en Belém sea un éxito, y estoy encantada de que Brasil y Chile estén trabajando con nosotros a través de la misión financiera de la nueva Alianza Global de Energía Limpia que el Primer Ministro lanzó en el G20 en Río con el Presidente Lula el año pasado.

Cuando se trata de minerales que son fundamentales para la transición desde los combustibles fósiles hacia la energía limpia, incluidos dos tercios del litio del mundo, las reservas que necesitamos para las baterías, América Latina tiene los recursos y el Reino Unido posee los mercados y las instituciones.

Por eso, estamos trabajando juntos (a través del gobierno del Reino Unido y con empresas y socios de toda la región) para adoptar un enfoque estratégico que ofrezca cadenas de suministro más diversificadas y seguras, al mismo tiempo que elevamos los estándares y realizamos una minería de manera más responsable.

Entonces, para terminar, solo quiero agradecer a RUSI por hacer que sea una prioridad reunirnos para discutir cómo el Reino Unido, América Latina y nuestros socios y aliados más amplios pueden trabajar juntos de manera aún más efectiva para nuestra seguridad y prosperidad compartidas.

He percibido un verdadero apetito por esto por parte de nuestros socios en toda la región, pero quiero que todos aquí en el Reino Unido seamos ambiciosos en cuanto a lo que es posible cuando trabajamos con América Latina.

Y quiero que todos reconozcamos la importancia del liderazgo latinoamericano para cambiar lo que es posible también a nivel global, en los desafíos y oportunidades que enfrentamos.

Claro, este gobierno aquí puede mejorar nuestra economía, podemos mejorar nuestra seguridad y nuestras fronteras, podemos aportar nuestro granito de arena para reducir las emisiones de carbono y apoyar el trabajo contra el cambio climático.

Podemos hacerlo sin cambiar nuestro enfoque hacia América Latina. Pero cuánto mejor, mucho más exitoso y mucho más seguro será cualquier avance que logremos si trabajamos junto a nuestros socios, nuestros aliados en América Latina, ahora y en los años venideros.

Gracias.

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Publicado 30 enero 2025